domingo, 21 de noviembre de 2010

20 palabras

cauterizar
  tr. Curar una herida quemándola con un instrumento específico o con una sustancia cáustica: cuando termine de sangrar, hay que cauterizar esa herida. Se conj. como cazar.

feta
Loncha de fiambre: tomaré una feta de mortadela.

perogrullada
  f. Afirmación de veracidad y certeza tan evidente que resulta boba. También se dice verdad de Perogrullo.

tabardo
Especie de abrigo sin mangas.
Chaquetón del uniforme de invierno de los soldados: los tabardos no eran suficientes para el frío de la montaña.

jabardo
  m. Enjambre pequeño.
 Gentío.

tasajo
  m. Pedazo de carne seco y salado para que se conserve: el pastor le ofreció un trozo de tasajo y vino.
Tajada de cualquier alimento: tasajos de melón.

oquedad
  f. Espacio que en un cuerpo sólido queda vacío: esta montaña está llena de oquedades.


alforza
  f. Pliegue o doblez que se hace en ciertas prendas como adorno o para acortarlas: tuve que hacerle una alforza a la falda porque me quedaba larga. También se conoce como lorza.

clepsidra
  f. Instrumento que sirve para medir el tiempo a partir de lo que tarda en caer el agua de un recipiente a otro: los egipcios usaban la clepsidra para medir el paso del tiempo.

escobajo
  m. Raspa que queda del racimo después de quitarle las uvas: no ha dejado más que un par de escobajos en el plato.

indino, na
  adj. col. Travieso o descarado: niño indino.

lábil
  adj. Que resbala o se desliza fácilmente: trineo lábil.
 Frágil, caduco, débil: cabello lábil.
 Poco estable, poco firme en sus resoluciones: jefe lábil.
 QUÍM. Se dice del compuesto fácil de transformar en otro más estable: el gas natural es lábil.

lardo
  m. Lo gordo del tocino.
 Grasa de los animales.

mentís
  m. Hecho o demostración que contradice o niega categóricamente un aserto.
 Declaración que desmiente lo que ha dicho otra persona, especialmente de manera ofensiva: el presidente replicó al mentís que le había lanzado el jefe de la oposición. No varía en pl.
óbito
  m. Fallecimiento de una persona.

paremia
  f. Refrán, proverbio, dicho popular que contiene una moraleja o un consejo.

roncero, ra
  adj. Perezoso, que tarda en hacer lo que se le manda: trabajador roncero.

chinear
  tr. amer. Llevar en brazos o a cuestas.
 amer. Cuidar con cariño y esmero; mimar.
 amer. Trabajar como china o niñera.

lisura
  f. Igualdad y tersura de la superficie de una cosa: su piel tiene la lisura del mármol pulido.
 Ingenuidad, sinceridad: se aprovecharon de su lisura para engañarle.
 amer. Dicho o hecho desvergonzado.
amer. Atrevimiento, desparpajo.

lunes, 25 de octubre de 2010

otras palabras

Paramnesia
Alteración de la memoria por la que el sujeto cree recordar situaciones que no han ocurrido o modifica algunas circunstancias de aquellas que se han producido.

Estrambote
Conjunto de versos que por gracejo o bizarría suele añadirse al fin de una combinación métrica, especialmente del soneto.

Delusivo
Engañoso



Ulular
1. Dar gritos o alaridos.
2. Dicho del viento: Producir sonido.

Vernal
Perteneciente o relativo a la primavera.

Alcahuete
1. Persona que concierta, encubre o facilita una relación amorosa, generalmente ilícita.
2. Persona o cosa que sirve para encubrir lo que se quiere ocultar. Coloquial
3. Persona curiosa en demasía.


Zurear
Dicho de una paloma: Hacer arrullos.
Pintiparado
1. Dicho de una cosa: Que viene adecuado a otra, o es a propósito para el fin propuesto.
2. Parecido, semejante a otro, que en nada difiere de él.

Alharaca
Extraordinaria demostración o expresión con que por ligero motivo se manifiesta la vehemencia de algún afecto, como de ira, queja, admiración, alegría, etc.

Estulto
Necio, tonto.

domingo, 17 de octubre de 2010

Privacidad/Hogar/Espacio/Descanso/Madera/Penumbra/Desorden/Orden/Muro/ Cristal/Cuerda/Teclado/Libertad/Caverna/Tranquilidad/Seguridad/Final/ Principio/Humo/Remodelar

Eran las seis en punto cuando sonó el timbre. Elena, ataviada con un traje de chaqueta gris oscuro y portando una carpeta de anillas en su mano izquierda, se dirigió hacia la entrada y me dirigió una sonrisa de complicidad que se transformó en otra de amabilidad cuando abrió la puerta y dio la bienvenida al presunto arrendatario.

-         Alberto, ¿verdad? Soy Elena, de C&C. ¡Bienvenido!
-         Gracias…hola…

El individuo, al que ya habíamos investigado a través de varias redes sociales, ya que nos había proporcionado su nombre y apellidos a petición nuestra -como condición sine qua non para establecer un encuentro y la posibilidad de optar a la habitación-, vestía, hablaba y se comportaba justo como esperábamos. Tras presentarme como el actual inquilino del aposento que a partir de ahora quedaba libre, Elena y yo nos centramos en destacar los aspectos positivos del área en la que estaba situado el apartamento, tales como la seguridad de la zona y la tranquilidad del vecindario. Alberto parecía encantado con esos aspectos, por lo que insistimos en introducir en la conversación otros tantos con los que pudiéramos seguir ganándonos su confianza, tales como la privacidad, la intimidad y el orden.

-         ¿Podemos ver la habitación? Tengo algo de prisa…- sugirió.
-         Por supuesto, sígame por este pasillo- respondió Elena, dejando abierta la posibilidad de que existiese otro.

Cuando llegamos a la puerta, Elena se giró hacia nosotros y, mirando a Alberto, anunció solemnemente:

-         Este es el principio de su descanso y el final de todas sus preocupaciones diarias.

Acto seguido, giró la manivela y descubrió un pseudo-zulo de 3m cuadrados.

-         ¿Es ésta? – preguntó, incrédulo.
-         Somos conscientes de que no es muy amplia, pero tenga en cuenta que hay espacio suficiente para distribuir todas sus pertenencias- garantizó Elena.
-         Verán, esperaba algo más grande…Además, tengo muchas cosas en mi habitación actual: el portátil, la impresora, los altavoces, la guitarra…
-         ¿Muchas cosas?-interrumpí- Debería haber visto todo lo que había en esta habitación hasta hace tres días. En esa mesa estaban la torre del ordenador y el monitor, junto a la impresora y dos grandes altavoces. ¿Y la guitarra…? Yo también soy músico y, créame, tenía en esta habitación varios instrumentos de cuerda, un teclado y dos amplificadores de potencia media.
-         ¿Y qué me dice del armario?-añadió Elena- Cabe tanta ropa que parece estar hecho para una pareja. Y además es de madera de pino.
-         Sí, el armario parece que está bastante bien…

Tras asentir varias veces respecto a su conformidad con el ropero, Alberto dirigió su mirada hacia la ventana.
-¡Oh!, sabía que la habitación era interior, pero no que diera a un muro.

Entonces Elena contraatacó con armas inesperadas.

-         ¿Un muro? Ese muro blanco es un lienzo, es la visión de Leonardo antes de comenzar una obra. Conviértalo en lo que usted quiera, píntelo día a día. ¿Preferiría tener enfrente la ventana de algún vecino, le gustaría eso? Piense durante unos segundos, miré a través de ese cristal, imagine que tiene a un vecino mugriento, que no limpia, se pasea desnudo por la casa, pone la música a todo volumen y contamina la atmósfera con el humo de sus cigarrillos . Éste es su hogar, su espacio, ésta es su vida, ¿no lo entiende? No puede permitir que ningún intruso manche este lugar. Usted necesita descanso, tranquilidad, intimidad, en una palabra: ¡libertad!
-         ¡Sí, eso es, libertad!-exclamó Alberto casi en estado de éxtasis.
-         Claro que sí, y eso es lo que tendrá aquí.
-         Pasará sus mejores momentos en esta habitación -continuó Elena-, ya sea en días soleados, a salvo del calor que castiga la calle, aquí en la penumbra, o en días de tormenta, resguardándose de la lluvia y los rayos. ¿Sabe lo que puede hacer un rayo con una persona?
-         ¡Preferiría no saberlo!
-         Exacto – prosiguió mi compañera-, aquí nunca lo sabrá. Mire, Alberto, ¿puedo tutearte?
-         ¡Como no!
-         Perfecto. Pues mira, Alberto: como verás, se trata de una oportunidad única. Actualmente hay una larga lista de espera, pero creo que eres el candidato perfecto. Como ya te comenté por teléfono, nuestra agencia no te cobrará nada, ya que nuestros servicios corren a cuenta del propietario del inmueble. Si necesitas remodelar tu vida, este es el lugar. Rompe con el desorden que impera en tus ideas y descubre lo que realmente te apetece.

Tras unos segundos de silencio, Alberto sonrió y con sendos apretones de manos cerró el trato. Tras darnos las gracias unas quince veces, se despidió de nosotros efusivamente y salió por la puerta con una gran sonrisa.

-         Menuda caverna se lleva el pobre –afirmó Elena.
-         No te pases, que ahí he vivido yo durante tres años - le reproché.
-         A mí desde luego no me metas más en tus líos, es la última vez que te saco las castañas de fuego.
-         Te lo agradezco enormemente. Con ese uniforme y tus dotes comerciales me has convencido hasta a mí de que esta habitación es un chollo.
-         No me lo agradezcas, hermanito, pero ponte a buscar piso inmediatamente, que estoy harta de tenerte ocupando el salón de mi apartamento.





10 palabras

Prosodia

Bizarro

Aguijar

Yermo

Barahúnda

Perorata

Algarabía

Talud

Huesa

Las cinco diferencias

Tras analizar el fragmento de la obra de Orwell y el auncio de Seat León, procedemos a enumerar las diferencias existentes entre ambos mensajes:

En primer lugar hemos de destacar que, aunque ambos aluden a un ente cuya misión es contrlar a otros tantos, observamos que en 1984 se aprecia la desigualdad entre perseguidor y perseguidos. En el texto literario, es la autoridad quien posee los medios necesarios para desarrollar sus funciones sin encontrar oposición alguna, mientras que en el anuncio, las dos partes hacen uso del mismo recurso.

Por otra parte, varios elementos del anuncio indican que los persegudidos aduieren dicha condición debido a sus acciones sancionables (elementos policiacos que decoran el coche, la expresión "bad boys"), sin embargo, en el fragmento de la novela, toda la población es sospechosa independientemente de que cometa acciones delictivas.

Es notable, además, la ruptura entre ambos discursos a partir de la llamada "Policia del Pensamiento", vinculada directamente a la superioriad de los elementos pisológicos y su control, frente a los factores tecnológicos, que son los que realmente dotan de importancia al producto a vender y el mensaje utilizado a la hora de publicitarlo.